Han pasado por la Presidencia y Vicepresidencia muchos ecuatorianos que han expresado su voluntad de “servir al país”. En muchos casos esos servicios han sido solo con fines personales, practicando nepotismo o para construir bases de partidos políticos con la solidez de pipones asalariados a costa del Estado.
Sobreviven políticos que ejercitaron las más altas magistraturas; unos han vivido fuera gozando de sus rentas; otros han dedicado su tiempo a permanecer callados mientras el Mashi hacía de las suyas; y el último presidente vive disque gozando de dar conferencias por Europa y los pocos lugares donde aún creen en la bondad del socialismo del siglo XXI; y, por supuesto, insultando a funcionarios actuales que no piensan como él.
Quisiera ver de alguno de los que sirvieron “de forma altruista” a nuestro país, que, por lo menos uno renunciase a la pensión vitalicia que se otorga a esos funcionarios. Quizá así los restantes se vean precisados a proceder de igual forma. Solo así podría aceptar que sirvieron sin beneficio de lucro personal y solo con la voluntad de aportar algo a nuestro país.
Marcelo Gallo Gallegos