Los sistemas de aerotransportación por cable cada día se aplican más en las grandes ciudades. Su aporte vial es esencial en aquellos sitios donde la topografía es muy irregular, reemplaza grandes cantidades de buses y colectivos especialmente en calles estrechas, permitiendo un cómodo y seguro desplazamiento de transeúntes.
Sus trazos directos aprovechan los espacios, acortan distancias y tiempo para los usuarios, quienes sin interrupciones hacen su recorrido, evitando escalinatas, subidas y bajadas, complementando la rápida movilidad de las pocas amplias avenidas existentes. Entre sus ventajas se encuentran, comodidad de los usuarios al aceptar un estricto número de personas en sus cabinas que evitan aglomeraciones, obteniendo un mejor control contra el acoso y atracos, así como paradas fijas. En su trayecto no se cruza con otros vehículos que colisionen y al ser elevado desaparecen los accidentes de peatones, lo que disminuye el índice de mortalidad por accidentes viales, por lo tanto, aumenta la seguridad y tranquilidad de la población; mayor cantidad de oxígeno se genera, mejorando el aire que respira la ciudad, porque funciona con motores eléctricos, desapareciendo las emisiones de dióxido de carbono y demás gases tóxicos, que emiten transportes masivos a diesel y gasolina. La disminución del uso de éstos derivados de petróleo, permite que ése dinero sea canalizado a otras fuentes alternas de recreación como parques, sitios deportivos y culturales entre otros. El enlace de estas vías, en las laderas en una ciudad como Quito, fomentaría su uso como atractivo turístico al tener una vista privilegiada.Al municipio le corresponde acelerar el uso de éste sistema masivo de transporte, que hará de nuestra ciudad un mejor lugar para vivir.