Produce pena ver cómo una vía tan congestionada, durante el día y la noche, esté visiblemente descuidada.
Para citar algunos de sus problemas, existen espacios sin ninguna protección, que dan hacía unos abismos muy peligrosos para accidentes vehiculares.
Los buses verdes, que casi no alcanzan en el camino, tienen permiso para circular en tan estrecho espacio.
Hay árboles que pierden tierra en sus raíces, lo que hace que fácilmente caigan sobre los carros, sobretodo en invierno.
Como si fuera poco, veinticinco postes de alumbrado eléctrico están con los focos quemados. Sería magnífico que esta pintoresca unión entre la capital y el valle, sea atendida urgentemente y de modo constante. No esperemos que haya fallecidos para recién corregir la infinidad de defectos de esta carretera.