Cuba ha podido subsistir desde el año 1959, gracias a donaciones permanentes de sus aliados doctrinarios. La Unión Soviética entregó anualmente a la isla Caribeña, desde el inicio de la dictadura Castro, hasta el fin de la era comunista de Rusia, la cantidad de 5 000 millones de dólares anuales. Con el advenimiento de un nuevo sistema económico iniciado por Gorbachov, los Castro tuvieron un grave problema tratando de sostener la economía. Las exportaciones de azúcar, cigarros y otros pocos productos casi fueron nulas, por la falta de producción. Milagrosamente llega Hugo Chávez a la Presidencia de Venezuela y de inmediato se firma un acuerdo para entregar, supuestamente al pueblo cubano, la cantidad de 85 000 barriles de crudo diario y 35 000 barriles en producto terminado. Cuba consume el 26% por día. Es decir , el producto terminado. De los 85 000 barriles que le sobran, vende a España el 30% en gasolina de avión (refinado en la Isla) y, el resto del crudo lo comercializa a precios promedio de USD 100 el barril. Según Horacio Medina, ex gerente de PDVSA y de Pablo Hernández Parra, dirigente comunista de Venezuela, ninguna autoridad ni de Cuba ni de Venezuela registra estas ventas presumiendo que las utilidades llegan a bolsillos de unos pocos. Todo esto mientras los pueblos de los dos países se mueren de hambre.