La triste historia personal de miles de venezolanos lejos de su tierra, desnuda el fracaso de un régimen perverso y hambreador.
Son millones de seres que salen de su país en busca de pan, techo, y empleo. Llenos de maletas y de hijos colgando de sus cuellos pasan por Colombia, llegan a Ecuador y ahora buscan ira a Perú y a Chile. Hasta Argentina han llegado algunos en su doloroso peregrinar.
Los venezolanos han sido recibidos como delincuentes o enemigos con tanques de guerra en la línea fronteriza que separa Huaquillas y Aguas Verdes su tragedia no tiene nombre y clama al cielo por compasión y piedad humana.
Es curioso pero en este año de pandemia muchos han abandonado el Ecuador, otros han tratado de huir a Perú y Chile y hay quienes apenas mendigan en nuestras calles por una moneda. Unos pocos han conseguido trabajo y otros se han regresado. Es un drama humano que por ahora parece no tener solución. Ojalá pronto cambie la situación en Venezuela, país de fortunas inconmensurables agotadas por la corrupción y una revolución fallida e injusta.