Sabiamente se dice que “la guerra más exitosa es la que se evita”. Cerca de dos siglos de enemistad entre Ecuador y Perú generaron cuatro guerras, innumerables pérdidas humanas e incuantificables inversiones inútiles. A cuántas generaciones nos educaron y educamos, con el odio y rencor entre ecuatorianos y peruanos, al fin de cuentas, los que más cosas en común tenemos, somos este par de pueblos vecinos. En el mismísimo escenario en que se firmó el Protocolo de Río de Janeiro hace 76 años; hace 20 se firmó el Acuerdo de Paz. Con la presencia de varios Presidentes, enviados especiales, representante del Santo Padre. Itamariti fue el punto histórico. Los Cancilleres de los dos países lo suscribieron. En representación nuestra, ese relevante diplomático, jurisconsulto, catedrático y columnista de EL COMERCIO, don José Ayala Lasso. Más tarde los presidentes Jamil Mahuad y Alberto Fujimori suscribieron el Acta Presidencial de Brasilia. De ahí a acá, dos décadas de excelentes relaciones bilaterales en el ámbito comercial, turístico y cultural que han repercutido, como es lógico, en el desarrollo de las fronteras que antes eran los lugares más vulnerables, ratificada hoy con la visita del presidente Martín Vizcarra.
Pero la paz no es únicamente la ausencia de conflictos armados, la paz interna es un entorno libre de violencia, de una democracia en la que los gobernantes y gobernados se sometan a las leyes, en fin, la paz es como el aire, como el agua… así de indispensable.