Conozco personalmente y con gusto, desde hace varios años, quizá 20 o más al Director del Consejo Nacional de Tránsito, Mauricio Peña, no me cabe duda que es uno de los pocos funcionarios públicos que ha ejercido y ejerce sus funciones con honorabilidad, responsabilidad y consecuencia. Sin embargo, suceden cosas que quizá Mauricio no conozca y sería bueno que por medio de la prensa independiente como esta se entere.
Desde hace varios días se está controlando rigurosamente en el país los límites de velocidad puestos en diferentes vías vehiculares para los automóviles de ciudadanos comunes y corrientes, hay polémica en algunas vías y deberá revisarse; pero me ha llamado la atención en estos días que vehículos del Estado, con vidrios polarizados superen ampliamente las velocidades establecidas, por ejemplo, si en la av. Occidental lo máximo es 90 km/h estos vehículos circulan fácilmente sobre los 120 km/h, no he visto ni he leído que alguno de estos vehículos (sus choferes) sean detenidos, peor aún sancionados. ¿Tienen patente de corso o funcionan con el ejemplo de la caravana presidencial? La Ley es para todos y así sean “revolucionarios” deben respetarla. No es justo que hayamos ciudadanos de primera y de segunda o tercera. Aspiro que Mauricio Peña, mi amigo, ponga las cosas en su lugar, por él no faltará.