La irresponsabilidad de un futbolista de nuestra selección (el choclo Quinteros), llevó entre otros aspectos una debacle en el partido con Uruguay en la copa América. La prensa estuvo presta a juzgar y condenar, esa es su obligación, sin embargo, deseo analizar con mayor profundidad este hecho circunstancial.
Estoy seguro que si los codazos venían de parte de los charrúas, el VAR hubiese sido ignorado y posiblemente no hubiera existido una sanción de esa naturaleza; la vehemencia de nuestro deportista es criticable y debe ser controlada, pero no será qué él es un ganador e inconscientemente sabe que a la garra charrúa hay que hacerle frente. No podemos olvidar las embestidas de Luis Suárez, a quien le fascinan las orejas de los rivales y de Obdulio Varela, quien en el Mundial del 50 (Maracanazo), se cansó de dar puntapiés a los brasileños. Eso no es garra, son embestidas que durante mucho tiempo han sido socapadas por la alta dirigencia sudamericana. A Quinteros no lo podemos satanizar, su coach tiene la obligación de orientar esos impulsos.
El Bolillo dice las cosas de frente y expresa que “nunca le dijeron los dirigentes de la FEF que si le iba mal en la Copa América, debía renunciar”: Este es un proceso que debe ser bien entendido. Ecuador hoy no cuenta con un equipo competitivo, más aún si conocemos que varias de las estrellas que nos eclipsaron en el pasado ya no están. Ulises, Aguinaga, Tin, Méndez, Caviedes, Noboa, Tenorio y demás, son una historia digna de recordar. El entrenador debe trabajar con lo que tiene, más los jóvenes de la selección Sub 20, con un brillante futuro futbolístico que cabe orientar.
Sinergia es la palabra que debemos incluir en nuestro chip y todos en comunión de pensamientos y sentimientos aupar para que estemos en el próximo Mundial, Respaldemos al entrenador, a los jugadores, dirigentes y demás, obviamente con límites en los comentarios, razonamientos y críticas. ¡Vamos Ecuador!, que si se puede.