Desde pequeño mucha gente me ha dicho: “Usted está equivocado”, en el colegio, la universidad, el postgrado, el trabajo; en fin, todos los ámbitos del desarrollo humano están inmersos dentro de la posibilidad de la crítica que, una vez recibida, nos enfrenta como casi todo a dos vertientes: La primera viene a ser la aceptación; obviamente, cuando se encuentra sustentada en la demostración fáctica que lo deja a uno indefenso y necesitado de proceder a la enmienda; ahora bien, siempre cabe la otra salida, la de la tozudez o terquedad, aquella que por más demostraciones y pruebas en contra, nos impide comprender racionalmente nuestra falla y persistir en el error. ¿Qué hacer?, las dos vertientes devienen veloces, será que seremos capaces de aceptar alguna vez que no siempre tenemos la razón.