Urgente reflexión

Lamentable son los crímenes cometidos por musulmanes a diplomáticos norteamericanos. Con justa razón se condena mundialmente este nefasto acontecimiento. Pero, señor Director, no solamente debemos hacerlo observando la conducta masiva del pueblo musulmán, estamos los ciudadanos del mundo en la obligación moral de condenar y criticar, no solamente las consecuencias o resultados lamentables como el que se ha dado en Libia, sino también los antecedentes que conducen a estos resultados criminales. No olvidar que “amor con amor se paga”, no descartemos sabios proverbios como “el que a hierro mata a hierro muere” y “con la vara que mides serás medido”.

Fue la participación intervencionista del Gobierno de Estados Unidos, la que condujo a la ejecución –sin juicio alguno- de Gadafi, que la intromisión inaceptable de aquel, destruyó sin misericordia al pueblo iraquí y terminó con la vida de más de 250 000 personas en una guerra innecesaria en Bagdad. Que fue el imperio de Norteamérica el que terminó con la vida del Che Guevara en Bolivia, que fue la influencia de ellos, que condujo a la muerte a Salvador Allende; que la más grande catástrofe universal la provocaron también ellos con la bomba atómica.

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