Que la Unasur sirva de algo

La Unasur no ha servido para nada, en sus últimos días debería intentar ser recordada por el último pataleo, un servicio humanitario resuelto por sus miembros referente a la ola de emigración de ciudadanos venezolanos que huyen de una tragedia pensada por el gobierno venezolano para que termine así, miles huyendo de su terruño y el poder inamovible en sus manos. Una gran migración que desborde los medios que tienen los países que limitan con Venezuela para atender de buena manera a sus ciudadanos y se pueda culpar a sus vecinos de un supuesto maltrato a sus hermanos.

Nos ha cogido de sorpresa esa huida en masa hacia Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Brasil y seguramente hacia Paraguay, Uruguay y Argentina y otros lares. No porque aquellas personas y familias no tengan razones personales de hacerlo sino por la magnitud del problema que no pueden ser bien atendidos solamente por los países limítrofes con el país del dictador Maduro.

Es necesario crear un sistema ordenado para que los venezolanos que huyen tengan las posibilidades de escoger el país a donde quieren llegar y hacerlo con seguridad hasta que su país se libre de ese sistema político de odio y división, que espero que sea pronto.

Un corredor humanitario, ordenado, regulado y lo más fluido posible. Para ello los miembros de la Unasur deberían actuar de inmediato para lograr el libre tránsito de esas personas al destino provisional que ellos escojan. Sea hacia el sur, hacia el norte o hacia el este de Venezuela. Claro que habrá paisitos que no querrán ayudar a los que huyen del paraíso creado por Chávez. Que la Unasur sirva de algo y luego de eso puede morir con ese laurel. 

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