Gracias a los feriados y puentes vacacionales el turismo interno se ha recuperado, playas y lugares tradicionales de recreación se abarrotan de turistas en Costa, Sierra y Amazonía; igualmente las empresas de transporte interprovincial, operadoras de turismo, hoteles y restaurantes se benefician.
Lo malo, es que hay una falta de control de las autoridades locales que se permita el abuso en los precios de alojamientos y expendio de alimentos, pasajes, costos de tours, que muchos de ellos no están acordes a la calidad, seguridad, higiene y buen trato al cliente.
En Quito la ciudadanía puede encontrar comida costeña y criolla de muy buena calidad con precios razonables, que esto no sucede en otras ciudades y lugares del país que abusan del visitante foráneo.
Por beneficiar al turismo se ha perdido algo muy valioso que es el civismo en la ciudadanía y más aún se acentúa con las reformas a la educación nacional que las fechas históricas se han borrado y botado al tacho de basura; ya la niñez no sabrá el significado de un 12 y 27 de Febrero, del 24 de Mayo, 9 y 12 de Octubre.
Las únicas que constarán en el calendario cívico serán las gloriosas de la revolución ciudadana. Así vamos, así estamos con las reformas revolucionarias.