La cuarentena nos convenció que cosas que dábamos por sentadas, por ejemplo; la salud, la familia o nuestro propio país no siempre estarán a nuestra disposición.
Dábamos por hecho que somos un país lleno de escándalos de corrupción, de gente resiliente y de paisajes hermosos. Una combinación extraña de características, pero que por ese exceso de confianza nos resignábamos a seguir en el statu quo
Esos paisajes mágicos que vemos en las redes y que nos llenan de orgullo cuando los extranjeros lo recalcan, son desconocidos para muchos ecuatorianos. La pandemia nos confirmó que los espacios abiertos son seguros y que una actividad al aire libre es una buena opción para salir del encierro. Por eso este es el momento de recorrer nuestro país, de conocer sus paisajes, sus hoteles, su flora y fauna. Dejémonos sentir como turistas en nuestra propia tierra. Llenémonos del orgullo ecuatoriano que muchas veces nos falta para apropiarnos de lo bueno que tenemos y retomar fuerzas para combatir lo malo.
Esa resiliencia que nos caracteriza y que lo afianzamos en estos momentos debe servirnos para recorrer el país. Para aprender y entender cada región y a sus habitantes. Seremos mejores ecuatorianos si sabemos y conocemos más a nuestra gente, sus necesidades y sus aspiraciones. No solo los políticos necesitan recorrer el país porque al conocernos unos a otros llenaremos nuestro espíritu, moveremos la economía y compartimos el orgullo de lo que somos. Seremos ciudadanos que no se lleven por prejuicios y regionalismos y que tienen un pensamiento más global de la situación que vive el país.