Es inexplicable el triunfo del Candidato-presidente y con amplia mayoría sobre el resto de candidatos presidenciales. El mismo hecho del tal triunfo es dudoso, y así lo están denunciando, por ejemplo en Guayas sobre una anomalía en los escrutinios al pretender apartárselo a Carlos Vera, y frente a la presencia no grata del presidente Correa en la Corte Constitucional de Guayaquil, para querer presionar el triunfo de los candidatos de su lista. Pero suponiendo que haya existido un triunfo evidente y conociéndose que un buen número de ciudadanos votó por Correa, el caso es crítico. Cómo puede un electorado votar por un Gobierno que ha dado mucho que desear, que no ha sido fiscalizado y en que han surgido escándalos muy desagradables, como del Gran Hermano, el gran primo, el comecheques, el ataque a la prensa libre, la inseguridad, etc. Es trágico que un buen número de votantes haya hecho caso omiso a estas cosas totalmente malévolas; parece que la ética está por los suelos, los auténticos valores están desapareciendo. Se está imponiendo una alcahuetería ya pública. Esto sí es nefasto.