Triste historia la de los maestros fiscales. Tristes protestas ante el absurdo: retribución económica por el aumento de horas cuando está en juego la calidad de la educación de miles. Los alumnos de prekínder y 1º de básica entran una hora antes, es decir desde las 7 hasta el mediodía, con lo cual se trastoca su necesario tiempo de descanso. En primaria, los docentes se hacen cargo de las clases de educación física como parte de su aumento en horas de clase y en horario. En secundaria, 350 alumnos en promedio a quienes imparten materias como lenguaje; 750, para los de opciones prácticas y 1 000 para los maestros de música. ¡Profesores, escojan sus batallas y reclamen por lo que realmente importa! El dinero no es lo vital, sino su desgaste con 30 horas de clase y tantos alumnos a cargo; su calidad de vida y su eficacia serán inevitablemente afectadas; la educación pública se alejará del ideal de mejora, pues ustedes darán patadas de ahogado cuando el tiempo pase, el peso de todo esto los abrume y zozobren ante tanta imposición descabellada.