Transporte silencioso el índice 43
Los choferes deben saber que no es su derecho ir con “su música” a todo volumen. El transporte público ruidoso, es un atentado contra la salud de las personas. Está más que demostrado los daños a la salud que produce el ruido. La música que no es del gusto de una persona es procesada por su cerebro como ruido. También está demostrado como el ruido estresa y produce en la actitud hostil. La ciudadanía tiene que saber que tiene el derecho y la obligación de viajar en un ambiente de silencio y respeto.
La connivencia del chofer y el cobrador para imponer la música y volumen a su gusto crea malestar en muchas personas y protestas que causan enojo al conductor. Otra fuente de ruido en los buses es “la motorola” de la cooperativa, que la ponen a volumen superior del de la música y que obliga a los pasajeros a estar al tanto de las minucias de la vida de los choferes.
La gran mayoría de los pasajeros viaja escuchando la música de su predilección con auriculares, esto no molesta a nadie. Pero para no tener que escuchar la música que el chofer impone, hace falta subir mucho el volumen de los aparatos personales. Lo que a la larga producirá problemas de audición en la ciudadanía. Buses silenciosos son señal de que se ha pasado de ser un gran pueblo tropical a una urbe organizada y acogedora.