Innumerables son las personas que se quejan, a diario, por los engorrosos y largos trámites burocráticos en casi todas las dependencias públicas.
Tal es el caso de los trámites que tienen que hacer las personas de la tercera edad en las oficinas del IESS (Av. Diez de Agosto) para obtener sus jubilaciones y otros supuestos beneficios, entidad en la cual sin ninguna consideración, se les envía de un piso a otro sin percatarse siquiera que muchos de ellos son minusválidos.
¿Cómo es posible que los afiliados que ya cumplieron con su trabajo y aportaron durante largos años al progreso de la Patria, tengan que esperar meses y hasta años para hacerse acreedores a estos merecidos beneficios que, legalmente y por justicia, les corresponde o es que están esperando que se mueran?
Si la gente que aspira a obtener su jubilación (personas mayores y discapacitados) tiene que sujetarse a todos estos inconvenientes burocráticos, se debería pensar, por lo menos, en reorganizar y reubicar estas oficinas en la planta baja y pisos inferiores para facilitar su acceso, en el afán de brindar mayores comodidades a sus afiliados.