Con relación al Editorial de EL COMERCIO del 8 de septiembre, quisiera compartir algunas cifras. Sin considerar las víctimas humanas, se estima que los terremotos de Chile y Haití del 2010 costaron en promedio USD 21 000 y USD 14000 “millones”. Las compañías de seguros en Chile asumieron aproximadamente USD 8000 millones de estas pérdidas. En Haití, las aseguradoras no participaron porque muy pocos haitianos contratan una póliza de seguros para terremoto. En Ecuador, cifras del 2013 indican que 25% del mercado asegurador lo ocupa el ramo de “vehículos”. El ramo de “incendio” (que cubre fenómenos naturales) ocupa un tercer lugar con apenas el 8%. De acuerdo a la prensa en Haití al 2013 más de 300 000 personas continúan viviendo en carpas. Al igual que el SOAT (cuya operatividad se podría simplificar si se lo une por ejemplo al valor de la matrícula vehicular), valdría analizar la posibilidad de un seguro obligatorio para desastres naturales.