Si se requiere la reubicación parcial de la población afectada por el sismo, en particular la manabita, el mejor sitio es El Aromo, cercano a Manta.
Cuenta con una enorme superficie de 5 kilómetros cuadrados, un acueducto y una carretera de acceso.
Su construcción a la sociedad ecuatoriana le costó más de USD 1 200 millones y es la mejor oportunidad para que allí se levante una ecociudad, que sea construida con los mejores diseños y materiales antisísmicos, energéticamente autosuficiente con dotación eléctrica proveniente de paneles solares de última generación, tratamiento y reuso de aguas servidas, reciclaje de desechos sólidos, recuperación del bosque seco primario y su biodiversidad asociada, así como obras recreativas, como una laguna.
Dada la agravada situación económica que atraviesa el país y el una vez más evidenciado alto riesgo sísmico, es poco probable que se consiga el financiamiento que se requiere para construir y procesar 200 000 barriles diarios de petróleo en la Refinería del Pacífico.
De acuerdo a la necesidad de avanzar en los procesos de cambio de la Matriz Energética, a la consecuente reducción de la tasa anual del crecimiento de los consumos previstos de combustibles -que en el año 2014 alcanzó los 95 millones de barriles- y su efecto en la paulatina reducción de las importaciones y el retiro o racionalización de los subsidios, en los próximos 25 años, hasta el año 2040, en promedio urgiría incrementar la capacidad de procesamiento de petróleo en alrededor de 100 000 barriles diariosadicionales y para hacerlo un sitio adecuado, podría ser el área que ocupa la recientemente reparada Refinería de Esmeraldas.
En las actuales circunstancias económicas, sociales, energéticas y ambientales, el país no tendría la necesidad de la Refinería del Pacífico.