Todos los días debo transitar por la Av. Mariscal Sucre y atravesar la ciudad de sur a norte, cuando paso por el sector de San Roque me pregunto dónde está la policía nacional que vela por la seguridad de los ciudadanos. Es increíble e impresionante ver la cantidad de personas amigas de lo ajeno que están al acecho de sus víctimas, esperando que los vehículos que obligatoriamente deben recorrer esta avenida, cometan algún descuido, una ventana abierta, una puerta sin seguro, o simplemente que algún ocupante vaya distraído utilizando su celular. Para inmediatamente comunicarse entre ellos y lograr una cadena muy organizada en la cual uno ataca a la víctima, otro se lleva el botín y seguramente un tercero o cuarto hacen de vigilantes del atraco.
Esto sucede a plena luz del día, a vista y paciencia de todos. Entonces si la Policía Nacional ahora ya no tiene la carga de controlar el tránsito en la ciudad sería tan sencillo como destinar una patrulla con dos o tres efectivos que realicen turnos y se paseen en estos tenebrosos corredores.