En varios foros y principalmente dentro de la Asamblea Nacional se viene discutiendo el tema del aborto, cuando este nace de circunstancias especiales como la violación sexual, donde hay personas que lo defienden y otras que lo atacan.
La posición religiosa de muchos de ellos la respeto y más aún el derecho a vivir, pero no comparto el sacrificio de la madre para salvar una “preñez” que a lo mejor obedece a un incesto o a la violación por una pandilla. Recordemos que la Iglesia se niega todavía a aceptar cualquier anticonceptivo, porque una mujer debe tener “los hijos que Dios le dé”; no importa si los padres tienen o no los recursos, al menos, para alimentarlos.
Y en el área rural es común la respuesta de la indígena, a quien quiere defenderla por el maltrato de su compañero, porque contesta molesta: “dejá no más, marido es”. La frase nace del convencimiento de ella de que el hombre es superior a la mujer.
En el Ecuador, al menos, a la mujer se le permite educarse, porque en varias partes del mundo, a quienes intentan ello, simplemente las persiguen, las apedrean y hasta les matan.
¿En qué posición estamos nosotros?
Iván Escobar Cisneros