Antes que nada, aclaro que estoy de acuerdo en que se realicen en el país proyectos como Hábitat 3 en el cual se trataron temas de importancia y contribuyó al turismo. Estoy de acuerdo también en que por aquel proyecto, se hayan hecho algunas obras en la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE). Pero discrepo, absolutamente, con el cierre exageradamente prolongado de 2 de los principales escenarios para eventos artísticos en Quito: el Teatro Nacional y el Ágora de la CCE. Dicho cierre perjudicó a productores, artistas nacionales y extranjeros, y otros vinculados al negocio de los espectáculos.
El Ágora se cerró 6 meses y el Teatro 7 meses. Durante ese lapso, los productores artísticos acudimos varias veces a la CCE a ver cómo iban las obras, supuestamente ya en marcha. La respuesta fue que aún no se sabía cuándo iniciarían esas obras. Cuando por fin pudimos volver al Teatro luego de Hábitat 3, constatamos que lo que más se arregló fueron sus camerinos. Siete meses de cierre, para reparar los camerinos, pintar algunas áreas y hacer un par de adecuaciones que fueron solo temporales, ya que ahora no queda ni rastro de ellas.