Reclaman por qué no se permita trabajar a los “ejecutivos” y cuando más se los necesita nunca están. Ellos deciden donde quieren ir, preguntan al cliente ¿adónde va? y si no les gusta el destino, aceleran y se van. No saben que siendo taxis, es el cliente quien decide dónde ir, no ellos. Hay muchos que manejan violentamente y hay que recordarles que queremos llegar al destino y no al hospital. No se han enterado que la música durante el trayecto es parte del servicio y que el cliente debe estar a gusto con la misma.
Ellos son los dueños del negocio y deben tener siempre monedas para dar cambio, no es el cliente quien debe tener el valor exacto de la carrera. Deben tener en el techo del taxi la luz que indique si están disponibles o no.
Y al igual que en cualquier negocio, aunque hayan tenido un mal día, deben ser atentos con el pasajero.