Qué cosas que nos han pasado, a vista y paciencia nuestra. Mirar la destrucción progresiva de nuestro país en sus sectores políticos, financieros, culturales, productivos, morales. Quedarnos quietos, con la cabeza baja, sin protestas, sin acciones que nos remonten a la historia ejemplar de nuestros antepasados.
Somos un pueblo sumiso, indolente, con una acentuada y progresiva baja estima que nos hace aceptar lo negativo que vaya apareciendo.
Al margen de lo conocido permítanme mencionarles algo que viene sucediendo las últimas semanas. Una cuadrilla de aviones cazas de la FAE decidió realizar sus maniobras sobre la ciudad. Pasaron una y otra vez y reducían su altitud hasta volar rasantes sobre las casas exponiendo, por supuesto, a los ciudadanos. Recuerdo que cuando existía el Aeropuerto en Quito sucedieron varios accidentes que dejaron un apreciable número de muertos. ¿Por qué entonces estas maniobras casi cotidianas sobre la ciudad con el consabido peligro que implican?
Hago esta observación por lo expuestos que estamos todos. Dios no quiera que suceda algo que lamentar igual o peor a lo que menciono en el primer párrafo.