La falta de liquidez de la caja fiscal, le ha creado permanentes reclamos de los diferentes sectores al Ministro de Finanzas, que pese a los permanentes ofrecimientos para el pago de las obligaciones pendientes continúan sin atenderse, porque simplemente los ingresos del tesoro nacional siguen siendo inferiores a los egresos que le toca atender. Varios, inclusive han planteado un “juicio político” para buscar su salida, convencidos que el cambio administrativo que se buscaría, sería la solución al problema.
Y como el retraso en la atención de los pagos, seguirá indefinidamente mientras no se supere el bache de caja del Gobierno Central, la única alternativa es una reunión de trabajo con los representantes de los sectores impagos, para que ellos decidan la prelación en la cancelación de obligaciones. Propongo, por ejemplo, que se cite, “en fechas separadas”, a los directorios de las asociaciones de municipios, consejos provinciales y juntas parroquiales, para que cada uno de ellos resuelva a quien se paga primero y a quien después.
La sugerencia bien puede extenderse a las universidades y politécnicas y a los propios ministros, porque también está pendiente el pago de sueldos a sus empleados y a los contratistas de diferentes obras y servicios, con lo cual el problema deja de ser del Ministro de Finanzas para convertirlo en “preocupación política” de varios y no solo de uno.