A través de esta nota quiero sumarme a todo un país que se ha solidarizado con el diario EL COMERCIO, los familiares y amigos de los tres periodistas asesinados, así como con las Fuerzas Armadas y los familiares de los militares que perdieron la vida en esta guerra que el narcotráfico nos ha declarado a los ecuatorianos, y ha expresado su condena contra los asesinos que en su locura por las ganancias de su sucio negocio no les importa la vida de los seres humanos. Porque no sólo matan con armas y explosivos, sino que a través de su sucio negocio matan a millones de adolescentes y jóvenes atrapados por las drogas.
Pero también quiero solidarizarme con el presidente Moreno que es víctima de los ataques feroces de quien gobernó los diez años al Ecuador en connivencia con el narcotráfico sino que se investigue -como bien a dispuesto el Presidente- el financiamiento de las campañas electorales de Correa, incluida la del 2006; pero no sólo eso, sino también los viajes de las avionetas mexicanas que emprendían vuelo desde Manabí y Esmeraldas y la Concordia y la ‘narcovalija’. Los ecuatorianos nunca supimos si ese fue el único viaje o hubo otros a Italia u otros países.