Enriquece el alma aprender algo a diario, alimenta el espíritu practicar elementos de solidaridad y espiritualidad. En un mundo eminentemente materialista el espacio para la creatividad se va reduciendo ante la inefable repetitividad y rutina envolvente.
Existen delimitantes que separan el idealismo del pragmatismo, vivimos en una constante lucha por la supervivencia, noticias de guerras, limitaciones económicas, crisis gubernamentales violencia de toda naturaleza, censura al pensamiento libre, tragedias ocupan titulares importantes en muchos medios. Temas de poca trascendencia acaparan mucho espacio donde lo trivial y banal es pan para las rotativas.
La compulsividad para determinar temas de difusión va mas allá de la verdadera importancia y trasfondo de muchos hechos relatados a medias, el destino de los fondos públicos siempre incita a la sospecha de sobornos y corrupción cuando se habla de miles de millones que se gastan anualmente.
Problemas como la falta de inversión en el país, gasto siempre en incremento, cero ahorro, poca industria, monopolios políticos, persecución al pensamiento libre, falta de empleo formal, montajes de comunicación que determinan los temas de interés y discusión nacional.
El alma pensativa y cuestionadora siempre mira al trasfondo de las noticias y sus implicaciones directas al futuro nacional, meditar como las acciones de hoy determinarán el futuro mañana como el gasto desmedido de hoy será la pobreza de mañana, como nadie quiere hablar como la represión se incrementará y violencia aumentará en un clima de constante confrontación cuyo trasfondo y naturaleza presente me asusta.