Reciban mis sentimientos de solidaridad en estos difíciles instantes cuando se sabe el triste final de los tres periodistas de Diario El COMERCIO.
Como no puede ser de otra manera, me siento cercano a todos ustedes, a todos los empeñosos y admirables trabajadores de ese Diario que todo lo dan y todo lo arriesgan a la hora de cumplir su deber con honestidad. Los nombres de Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra, quienes dieron su vida cuando partieron en busca de una verdad y una noticia, quedará en el futuro como ejemplo de integridad ética en el cumplimiento de su noble profesión.
Les pido hacer extensivas estas palabras a los directivos y trabajadores de Diario El COMERCIO.