Solidaridad

El Gobierno actual da múltiples demostraciones de una adecuada aplicación del principio de solidaridad. En esa línea de acción, sorprende que aún no se revise la fórmula aplicada por el IESS en el tema de la jubilación, que combina el tiempo de aportación con la edad del afiliado, fórmula que favorece a quienes han ingresado tardíamente al régimen del Seguro Social por conveniencias personales y/o han evadido (a veces sistemáticamente) su responsabilidad de aportación, en detrimento de quienes, por el contrario, han ingresado tempranamente a dicho régimen y aportan cumplidamente al sistema, a los cuales se les castiga obligándoles a aportar hasta 40 años cuando los otros solo 30 o algo más. Diez años de diferencia, a favor de unos y en menoscabo de otros. Los técnicos del sistema deben explicar la congruencia de esa fórmula con el principio enunciado, pues trabajar y aportar 40 años es fenomenal, una explotación absolutamente esclavizarte, que se contrapone a un privilegio incomprensible  en beneficio del ciudadano que lo ha hecho solo 30. Se debe corregir este grave perjuicio múltiple que contraviene el mandato constitucional de igualdad y no discriminación, con la posibilidad de resarcir a los perjudicados, vía judicial si fuere necesario; esto es oportuno ante la inminente reforma a la Ley de Seguridad Social. La respuesta no debe limitarse, como lo hacen ciertas instancias del poder público, ha manifestar que “así determina la ley vigente” o “así es en otras partes.

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