Sociedad muerta
Arturo Carvajal Rousseau
Fui dirigente estudiantil en los años 60, época en que los jóvenes nos hacíamos respetar y considerar muy seriamente antes de que autoridades o el Estado procedan a actuar déspota o injustamente.
Me duele profundamente ser hoy testigo de un atropello brutal a la juventud ecuatoriana representada por los estudiantes, en especial de los colegios Mejía y Central Técnico que se han dejado humillar manteniendo una vergonzosa pasividad y silencio ante las injustas y exageradas sanciones a sus compañeros.
Asistir a clases ignorando a madres en huelga de hambre en las propias puertas del colegio sin asumir una enérgica defensa de sus compañeros, me quita casi todas las esperanzas de que la sociedad ecuatoriana se muestre altiva y rebelde, estando hoy casi muerta y lista a ser degollada como manso cordero.