Mediante el linchamiento mediático se expresa que el actual Gobierno no pertenece al socialismo del siglo XXI, pese a imponer un modelo regulador, controlador, revolucionario y autoritario, a diferencia del verdadero modelo populista que es facilitador, democrático representativo y respeta la libertad de prensa.
En Cuba se practica el socialismo que únicamente busca enriquecer a sus autoridades, eliminando así la propiedad privada, mediante un proceso de nacionalizaciones y expropiaciones, que afectaron a la clase alta. Y la clase media, además, tuvo que abandonar el país.
En Ecuador, a los pescadores artesanales se les quita la pesca. Ambicionan meterle la mano al bolsillo de los que han trabajado exitosamente en producir un patrimonio y obligar a que el heredero de sus riquezas sea el Estado, no los pobres que únicamente están siendo utilizados, mediante una campaña de odio.
Con la Ley de Aguas, el Gobierno se beneficia limitándose su uso, únicamente pueden recoger cierta cantidad y si se sobrepasa esa cantidad tiene que pagar una multa; recuerden, los pozos de agua también tienen que pagar en el campo.
Tampoco se puede coger el agua del río, ni desviarlo ni hacer zanjas. Quien lo haga pagará una fuerte multa.
Con la Ley de Tierras aplican una política corrupta, arrebatándole la tierra a los pueblos y nacionalidades indígenas, a las comunas, comunidades, violando la Constitución art. 57 No. 4 que exige: “…las tierras comunitarias serán inalienables, inembargables e indivisibles…”.
Inconstitucionalmente legitiman el despojo, para enriquecerse beneficiando a las transnacionales, porque luego del atraco petrolero, el negocio más rentable del mundo es la compraventa de tierras agrícolas.
El actual socialismo del siglo XXI consiste en decirle al pueblo: no tienes derecho al suelo, al agua, a la pesca y obligan que el heredero de tus riquezas sea el Estado, no tu familia”.