Una grieta se abrió, en el terreno social del Ecuador; desde que un día, el anhelo de ser libres, escindió el cordón umbilical que nos unía a nuestra madre patria; el sismo que produjo esta abertura, fue el hecho de que el indio siguió viviendo sin libertad; pese a ser Eugenio Espejo el portador de aquel estandarte, este pasó del ibérico amo, al emancipado terrateniente; de ahí que el terreno que pisan estos desventurados compatriotas, este sembrado, de ausencia de educación, falta de oportunidades, y segregación racial; más tarde, esta tierra irrigada cuidadosamente con la turbia agua de la discriminación, dio sus nefastos frutos, como son el odio y el resentimiento, ciclo sociopolítico que se repetirá de generación en generación por los siglos de los siglos, cual sembrío de su ancestral maíz que va desde el húmedo octubre, hasta e primaveral abril.
Hugo Rea Melo