Ya es conocida la crítica situación de la atención médica en los hospitales y dispensarios del IESS. También son conocidas las causas. El problema es que nadie quiere solucionarlo por el costo político que conlleva, en el fondo debido a que los mismos afiliados no entienden ni quieren entender la problemática.
La afiliación subsidiada de los campesinos, la atención gratuita de los hijos menores de edad, y en general, la atención de personas que no aportan al seguro de salud, tienen colapsada la atención médica. Los afiliados no entendemos que todos los costos derivados de estas atenciones salen de nuestras aportaciones, las cuales llegan a ser insuficientes para atender a tanta gente.
Entonces, la solución: o los afiliados normales subimos las aportaciones al seguro de salud, o, lo más justo a mi punto de vista, ya que fue el Estado el que metió a tanta gente que no aporta en la cobertura de salud, entonces que el Estado pague al IESS lo que corresponde al seguro médico por cada una de estas personas. El ecuatoriano afiliado al IESS no entiende que el Estado, a guisa de ser solidarios, nos volvió a meter las manos al bolsillo.
Me imagino que no es normal que en salas de espera estén juntos viejos con bebés. Ahora los doctores especialistas no pueden dar cita médica para seguir tratamiento y hay que volver a pedirla, y con suerte será para dos meses después. Ciertos exámenes médicos quedan para realizarlos tres meses después. La lista de quejas es interminable, todo por culpa de un megalómano y sus secuaces que se aprovechan de la humildad de la mayoría de la población para obtener su apoyo, sin que esta población se dé cuenta de que a esta gavilla ya no necesita ni le importa la asistencia médica del IESS, peor jubilación.