Siento una gran admiración por Simón Espinosa Cordero, hombre honesto, ético de gran inteligencia respetable académico, escritor y columnista de Diario EL COMERCIO, el 3 de febrero, escribió el artículo “El Cóndor del Escudo Nacional”.
En su escrito manifiesta que el cóndor corona nuestro escudo y el de algunos países latinoamericanos a los cuales enumera, luego hace una caracterización de dicha ave. Al iniciar el tercer párrafo traspasa las características negativas del Cóndor al expresidente Correa y de una manera brillante realiza el símil de cómo utiliza tales capacidades y deja un país destrozado. Todo el resto del artículo muy bien logrado, creo que la mayoría de ecuatorianos aplaudimos su sentir. Sin embargo y con el respeto que el articulista se merece, pienso que los símbolos patrios representan el ADN, el alma, la esencia de nuestro pueblo, aglutina toda una historia de sacrificio, lucha por conseguir la justicia y libertad, el caso específico del cóndor presente en nuestro escudo nacional “con las alas desplegadas y levantadas en actitud de vuelo, es símbolo de energía y esfuerzo” es también “emblema de poderío, valor y pujanza”.
A un símbolo patrio no se lo debe degradar jamás. Tal vez el símil se lo debió hacer con la gaviota, animal “conocido por lo pendenciero y conflictivo de su conducta -incluso con los de su misma especie-, ladrón y saqueador de nidos de otras aves, carroñero y oportunista”.