Diario EL COMERCIO publicó en meses pasados una carta al director suscrita por Giovanni Rosanía Schiavone (enero 2017) y dos interesantes notas periodísticas. “5 Mundos tiránicos, en la literatura” (Sr. Gabriel Flores, 18 de febrero) y “Un libro para el Presidente” (Sr, Fernando Larenas, 21 de febrero), en cuyos contenidos sus autores, se refieren a la novela “Rebelión en la granja” escrita por el novelista, ensayista y maestro de periodistas George Orwell.
La mencionada novela constituye una sátira de la Revolución Bolchevique (cuyo centenario se cumple este año) y del triunfo y posterior apogeo del estalinismo.
Sin embargo, no deja de llamar la atención y es sorprendente la similitud de ciertos pasajes de la obra, con algunas situaciones deplorables de las que hemos sido testigos durante estos últimos diez años durante el período gubernamental que feneció en nuestro país, y, en algún otro de nuestro entorno regional.
La absurda aparición de privilegios y prebendas de los animales de la clase dirigente (aunque en principio uno de los siete mandamientos era “Todos los animales son iguales” al que luego añadió la especificación “pero algunos animales son más iguales que otros”); la permanente repetición de himnos, muletillas y consignas doctrinarias; la manipulación y distorsión de la información para sostener supuestas realidades y mantener engañados al resto de animales; la constante búsqueda de animales, personas y conspiraciones imaginarias, señalándolos como enemigos de la rebelión, para desviar la atención de los errores y desaciertos de los dirigentes; y, el acoso e intimidación a quienes disienten con las decisiones y el nuevo estatus de los líderes.
A pesar de lo antes descrito, no se puede desconocer las obras físicas y tangibles que los dirigentes animales concibieron, planificaron y ejecutaron con el trabajo físico de los demás, para buscar el bienestar colectivo. Pero, desafortunadamente, los aspectos negativos que se narran son más, muchísimos más.
Ojalá, que en el nuevo gobierno que se inaugura con el licenciado Lenin Moreno Garcés, no reaparezcan estas similitudes.