El “oxímoron” es un recurso literario que consiste en situar en una misma expresión dos conceptos de significado contradictorio, obteniendo con ello un significado nuevo. Fue el diario El Nacional de Caracas el que se valió de un oxímoron para describirlo diciendo que fue el “silencio más ensordecedor” que se haya escuchado momentos antes de iniciarse el encuentro entre los equipos de fútbol de Colombia y Venezuela, el pasado 26 de marzo en el estadio Cachamay, cuando el arbitro principal del encuentro, seguramente por instrucciones de la Federación Venezolana de Fútbol, pidió un minuto de silencio en homenaje a Hugo Chávez.
Se informa que el público asistente no hizo más que manifestar, mediante una “atronadora rechifla, el hastío que le ha producido la saturación de homenajes fúnebres con finalidades proselitistas organizados por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y sus aliados. El público que desbordó las localidades del estadio exteriorizó sus sentimientos. Se sinceró. Rechazó, quizá por considerarlo de mal agüero, el llamado a callar durante 60 segundos porque intuyó que, al hacerlo, se estaba haciendo comparsa de un macabro carnaval.