Nunca servilismo castrense

Creo firmemente que nuestras Fuerzas Armadas y Policía deben ser deliberantes en cuatro temas vitales para la Patria: 1) cuando esté en peligro la supervivencia de la Patria y la República; 2) cuando se atente contra los altos objetivos nacionales permanentes; 3) cuando se pretendan conculcar los derechos humanos, libertades fundamentales y garantías ciudadanas; y, 4) cuando la corrupción se enseñoree impunemente.

Según la Constitución (Art.158) son instituciones de protección de los derechos, libertades y garantías de los ciudadanos y, para ejercer este mandato de protección deben ser, precisamente, deliberantes; pues, de lo contrario, tendrían que someterse obedientemente al abuso y corrupción imperantes. No puede caber en su seno servilismo alguno, sino profesionalismo al máximo; pues su profesionalismo es directamente proporcional a su eficiencia; su eficiencia es directamente proporcional a nuestra supervivencia soberana.

Nunca corroerse por los cantos de sirena, de oscurantistas totalitarios, que sueñan con verlas alineadas al capricho de sus perversas veleidades, como sucede en Venezuela y Bolivia, donde hasta les hacen gritar: ¡patria socialista o muerte¡, como prueba de su servilismo inmoral; grito que aquí no se escuchará jamás, porque cuando tambalea la supervivencia y la convivencia, cuando se carcome la moral, la justicia y el derecho, constituyen el armazón de la integridad física y moral del Estado y la nación. Por ello deben ser profesionalizadas al grado que nunca quepa servilismo alguno.

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