El gran vate Guayaquileño José Joaquín de Olmedo en uno de sus poemas dice: “Honor es en sumo grado, el alma del ciudadano, sin honor es miembro vano o pernicioso al Estado”. El alma en la semiótica olmedeana se equipara a razón, será por siempre la razón la que conduzca los destinos del hombre y de los pueblos, pese a los calvarios que veces nos toca vivir, el hombre es tal a diferencia de los animales gracias a su fundamento de utilidad y crítica frente a su tiempo, sana razón, derecho, democracia, este es el fundamento de su dignidad y libertad que por supuesto es responsabilidad, sin esto pasa a ser un ente “vano” e incluso “pernicioso al estado”; el diccionario es abundante cuando buscamos sinónimos de “pernicioso” y nos dice: “dañino, perjudicial, insano, mortal, malo, perverso, desastroso” esto es exactamente el Gobierno, donde no se respetan las libertades, veamos la última actuación de la Asamblea, el dispendio tremendo de recursos, “ USD 200 millones” en nueve años, ausencia de fiscalización, ministros y Asambleístas, sin voz: ¡cómo se ha dado palo en este gobierno!, ! cómo se ha insultado! ¡Cómo se ha perseguido a la prensa” ¡Cómo se ha utilizado al pueblo en las sabatinas! Y ahora sucede que el Presidente ya no quiere ser Presidente, sino va a la Asamblea, a organizar mejor el destino de país. ¿Qué podemos esperar?… Mauricio Macri, que estoy seguro será un gran Presidente de la Argentina, ante una pregunta de Alejandro Fantino donde toca el tema de perennizarse en el poder dice: Siento que lo político tiene que removerse como lo hice en Boca… Si sos Presidente y luego pasás a ser Senador… yo no entiendo eso, pues ya cumpliste, hay que dejar espacio a otros…