Las lesiones perforantes de órganos vitales por arma de fuego son mortales de acuerdo a su complejidad, en el 90 y 100%.
En el lamentable y desafortunado caso Mazoyer, quien sufrió triple lesión: pulmonar, cardíaca y hepática exanguinante. La atendió el Dr. Carlos López, cirujano de prestigio nacional, con prontitud, conocimiento, destreza y experiencia.
No incurrió en acciones u omisiones negligentes culposas. El fallecimiento obedeció a la gravedad de las lesiones: fallo cardíaco irreversible que tenía lesión auricular, mientras reparaba la lesión hepática abdominal exanguinante.
La culpabilidad por tanto no corresponde ni al cirujano ni a la Clínica que la acogió. El fallo jurídico inicial ya lo exculpó.
Por presiones posteriores e influencias de diversa naturaleza se reabrió el proceso, siendo sentenciado a 12 meses de prisión, hecho insólito e inaceptable por cuanto se condena a quien quiso salvar una vida. La sociedad exige el sobreseimiento del caso.