La prevención de siniestros, especialmente de vida y salud, las tecnologías empleadas en vías y vehículos, asistidas por las normas reguladoras son el aporte organizacional del estado. A eso se suma la moderación de los conductores, especialmente de quienes transportan vidas humanas, hacen que la seguridad vial sea óptima.
Sin embargo, en tres años 2 681 choferes profesionales perdieron todos sus puntos, siguen manejando buses, con el conocimiento de las empresas de transporte, cometiendo las mismas faltas habituales como, detenerse en cualquier sitio para dejar o recoger pasajeros, exceder su número, circular con las puertas abiertas, etc.
Todas éstas faltas deliberadas han traído consecuencias fatales con personas caídas a la calzada, atropellamientos por sus inusitadas paradas y choques de los buses al no tener una visión el conductor de 180 grados, debido al exceso de pasajeros.
En otros paises como el Reino Unido y Alemania, a la tercera infracción el conductor pierde su “registro”, licencia, resultando un revés laboral, derrumbándose su sistema social al no poder conducir.
En Nueva York, el examen práctico previo a la obtención de su licencia profesional, es manejar sin infracciones, en rutas urbanas escogidas por tres comisionados que le acompañan y califican.
Está claro que la irresponsabilidad se convierte en tránsito mortal, en vez de que el transporte terrestre sea el desarrollo económico de los sectores.
El gobierno es estricto en la aplicación de puntos para ingresar a las universidades, con mayor razón debe ser en la pérdida de puntos en las licencias, porque está en juego la seguridad de la vida humana de quienes transitamos por las calles y vías en nuestro país.