Nadie en el siglo XX exaltó más las virtudes del libre mercado que Milton Friedman. Premio Nobel 1976, no solo contribuyó al campo teórico de la economía, sino a la legalización de las drogas y prostitución, los derechos para homosexuales y la libre inmigración.
Como toda teoría científica, sujeta al paso del tiempo y la evidencia, fue natural que las propuestas de Friedman hayan expuesto fallas y debilidades (p. ej. los análisis por Noah Smith en la revista Bloomberg). Pero no fueron los teoremas matemáticos que le dieron el Nobel, sino un artículo de menos 3 000 palabras, publicado en 1970 en el New York Times, el centro de décadas de discusión. The Social Responsibility of Business is to Increase its Profits, propone que el único propósito de las gerencias es maximizar las ganancias de los accionistas, por encima de cualquier consideración de índole social. A este pequeño pasaje de la literatura de Friedman se le adjudica décadas de política económica en los EE.UU. Más recientemente Eric Posner, en un artículo para The Atlantic del 2019, señala que la asociación de gerentes de las principales compañías norteamericanas (conocida como Business Roundtable) declararon que el propósito de las corporaciones no debe ser más el maximizar el beneficio de los accionistas, sino el de clientes, empleados y ciudadanos. El mundo evoluciona y aprende de errores históricos, dividido por brechas cada vez más grandes entre pobres y ricos, busca retornar a un equilibrio que permita la supervivencia de las economías mundiales.