El 2011, la Función Judicial ha sido pulverizada, si bien esta función en los últimos 25 años fue la más ineficiente, por lo menos sus fallos y travesuras se disimulaban.
Hoy no importa el escándalo, lo importante “es el fin”. El equilibrio entre las funciones se han roto, la justicia ha quedado en manos del Ejecutivo, la participación ciudadana quedó (en un sueño); el debilitamiento de los partidos políticos fue total; el control de las 5 funciones del Estado con la última engañosa consulta se ha convertido en un sistema autoritario. La Asamblea no existe, su sumisión es total y su ánimo de prohibir fiscalizar ya es una ley.
El regreso de Alberto Dahik pone la cereza al pastel judicial. Los juicios al diario El Universo como autores coadyuvantes, así como la denuncia del asambleísta Montúfar quien dice “que el fallo del diario El Universo fue hecho por el abogado del señor Presidente”, nos pone en un caso inédito en la justicia del Ecuador.
Las frases públicas de chucky seven y flash Paredes al pueblo nos espantan. Una Corte Constitucional que es la primera violadora del sistema al convertirse de Tribunal en Corte cervecera, cuya imparcialidad siempre estuvo en duda; el 2011 ha sido el éxito para los jueces golondrinas.
Como ciudadano y abogado me permito sugerir a los asambleístas la abolición en el Código Penal y Código de Procedimiento Penal las penas por delito de cohecho, enriquecimiento ilícito y peculado, y que desaparezca la Contraloría. Desde 1830 que se inició la República los del “lleve” son perseguidos políticos.