Estamos saturados de impuestos, no damos más, no podemos soportar tanta carga tributaria. En el predial pagado al municipio en el rubro “Repavimentación Trole”, obra en el Distrito, pagué USD 182,93, correspondiente al departamento situado en la calle Mañosca. (¿Y las recaudaciones diarias del trole?). Este mismo impuesto se carga a todos los predios de la ciudad. ¡Qué decir de los impuestos verdes!, otra obra de la ‘revolución ciudadana’: ‘País Petrolero’. Por el petróleo que brota en nuestro oriente, gracias a Dios, ingresan miles de millones de dólares al Erario Nacional, ningún Gobierno anterior tuvo tanta fortuna. No podemos desconocer, se ven algunas obras y se justifican por el eminente flujo del oro negro. El barril se cotiza a muy buen precio alcanza los USD 100. Las erogaciones que realiza el Gobierno mensualmente -no bien meditadas- por concepto de subsidio para el pueblo como son los bonos, que recibe gente pudiente con celular en mano; algunos si verdaderamente indigentes. Son miles de millones de dólares que nos están llevando a la banca rota y al pobre pueblo nos carga con los impuestos. Señor Presidente, mucho cuidado, está acabando con nuestras reservas, es eminente el peligro de un descalabro económico que fácilmente puede conducirnos a una fuerte recesión, tenemos el ejemplo de los griegos, ¡Dios no quiera!
No queda ahí nuestra paupérrima suerte, vale la pena comentar (¡para la lectura del señor Intendente, por Dios!) Los camioneros repartidores del gas con el mayor descaro y por su propia cuenta nos elevaron el precio de las bombonas a USD 2,75. Analicemos: las tanquetas en la distribuidora les entregan a USD 1,40; en consecuencia, la utilidad que tienen estos señores es de USD 1,35 por cada unidad (preferible traer en taxi). En mi hogar se consume tres bombonas al mes, contribuyo con USD 4,05 para el abusivo estafador.
No tenemos quien nos ampare, la explotación al cristiano está en marcha.