El retorno del prófugo Dahik, con la venia y visto bueno de Carondelet, así como su posterior exculpación por un juez de dudoso antecedente, de manera alguna exime al retornado el deber moral de explicar al país si utilizó o no fondos públicos en beneficio personal. No es válido decir que justificó el uso de gastos reservados de conformidad con la ley, puede que así sea por los absurdos legales de nuestra isla barataria, la cuestión de fondo es ¿por qué se pagaron de estos recursos a una constructora que edificaba la casa de Dahik? ¿Por qué se manejaron esos recursos como caja chica del ex Vicepresidente? ¿Cómo así, una secretaria, por más de confianza que haya sido, tenía el poder sobre fondos públicos reservados o no? Ser absuelto por una corte, sea cual fuere, o por el Mandatario de turno no hace honesto a alguien, son las justificaciones éticas las que validan la inocencia, Dahik sigue en deuda con el país.