Si visitan la página web del Consulado del Ecuador en la ciudad de Nueva York encontrarán algo conmovedor, en el extremo superior derecho la foto de la Estatua de la Libertad, con su brazo en alto; en el lado izquierdo la foto del presidente Rafael Correa con los dos brazos en alto. Probablemente se trate de un mensaje surrealista de nuestra diplomacia para recordarnos que nadie puede jugar con nuestra libertad. Algo inquietante, pero de enorme actualidad, está escrito en el centro de la página: “El salvoconducto es un documento de viaje, que es otorgado en casos extremos por el funcionario consular y que sirve, exclusivamente, para que el ecuatoriano pueda viajar de retorno al Ecuador. No se puede otorgar salvoconducto a extranjeros”. ¿Por qué fue diferente en Londres? ¿Quién lo autorizó?