Por ser una fecha plausible cada 21 de febrero es meritorio extender un cordial saludo a los médicos que entregan cada atesorado segundo en servicio de la sociedad.
Aquellas almas que exhortan sus vastos conocimientos para labrar nuestros días congelando y extinguiendo por completo nuestras patologías. Además, son quienes nos muestran una perenne sonrisa acompañada de sus vastos conocimientos que después de una meticulosa observación pueden detectar lo que nos aqueja y brindarnos sosiego desde ese preciso momento.
El convivir en un mundo rodeada de Preclaros Profesionales de la Salud solo me resta decirles que su insigne misión continúa augurando lo mejor para ustedes.
Egregios Profesionales su labor en este mundo es inestimable. Ustedes reflejan altruismo en sus almas conspicuas plasmadas de amor y elogiable entrega por esta encomiable y loable vocación donde la circunspección es la piedra angular regidos bajo la afabilidad de concientización sobre el diáfano significado y valor de la vida. Antes de ser doctores son seres humanos capaces de entregarse completamente a su benemérita profesión. Gracias Melifluos Galenos por convertir su ponderable vida en esta indeleble vocación.