Muchas y variadas son las profesiones nobles y sacrificadas que existen. Sin embargo, cabe destacar tres áreas sumamente importantes: el campo médico, educativo y periodístico. Ardua y muy sacrificada resulta ser la labor del periodista, al menos en ciertos lugares donde la libertad de expresión se encuentra restringida, limitada o cautiva.
Y para ampliar una noticia, emitir un criterio, dar una información veraz, investigar algún hecho sobresaliente, etc., este personaje, muchas veces impugnado, tiene que pasar peripecias, asumir riesgos, escuchar insultos y descalificaciones, protagonizar odiseas, ser acosado permanentemente y hasta exponer su propia vida, en su denodado afán de mantener a su público informado del acontecer nacional e internacional.
La libertad es uno de los derechos fundamentales del hombre que, bajo ningún concepto, argumento o justificación, debería ser coartada; so pena de caer en un injustificable acto de sometimiento, intolerancia y atropello a la dignidad humana.