Observamos con mucha admiración que en nuestra ciudad de Quito avanzamos hacia el progreso lentamente, pero con una inseguridad que nos deja atónitos ante la cantidad de robos que se vienen suscitando, pues la felicidad les duró poco a los transeúntes y deportistas que celebraron con bombos y platillos la inauguración del nuevo parque Bicentenario, pues ahora son el blanco de los delincuentes que deambulan por ahí y todo esto por falta de las adecuadas medidas de precaución de las autoridades de turno. Ya comenzaron los robos y asaltos y si no frenamos a tiempo a los amigos de lo ajeno entonces podríamos caer cualquiera de nosotros como sus próximas víctimas.