¿Por qué al poder le hace tan poca gracia el humor? ¿Escribieron una Constitución de opereta y no quieren que nos riamos ni entre dientes?
¿Mantienen una asamblea que se burla de la ley y esperan nos portemos serios? ¿No es risible cómo nos vieron la cara con la comedia del Yasuní, los derechos de la naturaleza o el lanzamiento de chatarra espacial? ¿No dan cosquillas las encuestas de que nuestra justicia es la más independiente del universo? El problema del círculo del poder es haberse acostumbrado a reírse solitos.