Una revolución moral

¡Inconcebible! Interpol se ha negado a colaborar con el Ecuador para la detención del ex-dictador Rafael Correa, acusado de varios delitos. Las influencias y abogados de Correa han podido más sobre la voluntad de las autoridades de Interpol que los datos y argumentos esgrimidos por el Poder Judicial del Ecuador. Es inaudito que una organización internacional creada y mantenida para combatir los delitos se niegue a colaborar e incluso borre a Correa de sus registros. En otras palabras, los graves hechos ocurridos durante la década correísta no son nada para los ilustres policías de Interpol. El Ecuador mejor debería abandonar esta organización.

¿Qué nos recuerdan los diez años de Correa? El asesinato del general Gabela, el intento de secuestro al ex-diputado Balda, la persecución a numerosos periodistas, estudiantes, investigadores, el asalto sin precedentes a los fondos e ingresos del Estado, más de ochocientos obras públicas mal hechas o con sobreprecios, la intervención en la Justicia y en todos los poderes del Estado, la desarticulación de las fuerzas armadas, la falsificación de la Constitución de Montecristi modificada a última hora por los asesores de Correa, la eliminación de la base de Manta para así favorecer el tráfico de estupefacientes, en fin, una serie de violaciones de los derechos humanos y delitos que han quedado impunes o sin explicación... E Interpol se niega a hacer alguna cosa respecto del ex-dictador chavista!

Necesitamos una revolución moral. Necesitamos un régimen de orden y severidad moral.  

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